La incertidumbre política y el PIB

¿Puede la incertidumbre política alargar una recesión o lastrar la recuperación económica? Con este tipo de preguntas se presentó el martes pasado en el Banco de España el economista Nicholas Bloom para recibir de manos de Luis Linde y Emilio Botín el premio Germán Bernácer que otorga el Observatorio del Banco Central Europeo (OBCE) que preside Guillermo de la Dehesa.

El galardón está destinado a economistas europeos (Bloom es profesor de Economía en Stanford, EEUU, pero es británico) de menos de 40 años que hayan hecho contribuciones importantes en macroeconomía o finanzas. Antes lo han recibido expertos como José Manuel Campa, Stephanie Schmitt-Grohe o Lasse H. Pedersen.

En una pequeña disertación, Bloom explicó que los temas que investiga son la gestión empresarial, la innovación y la incertidumbre. «La incertidumbre y la gestión están muy próximas a los trabajos de Bernácer», recordó el premiado.

Bernácer, contemporáneo de Schumpeter y Keynes, es probablemente uno de los diez economistas españoles más importantes del siglo XX y es reverenciado en el Banco de España porque fundó y dirigió su Servicio de Estudios en el año 1930. Sus aportaciones a la ciencia económica despertaron el reconocimiento de expertos de todo el mundo por su originalidad, fruto de su visión multidisciplinaria del mundo (Bernácer era catedrático de Física y Química además de economista).

De alguna manera, el tema de la incertidumbre estudiado por Bloom reclama ese enfoque heterodoxo. Junto con los profesores Baker (Stanford) y Davis (Chicago) ha creado un indicador para medir la incertidumbre de las políticas económicas (IPE), un cóctel matemático en el que se incluyen determinadas noticias económicas publicadas por los 10 diarios más importantes de EEUU junto con indicadores –precios y saldo presupuestario– que permiten elaborar una línea de tiempo que se puede correlacionar con el crecimiento y la actividad. Para el caso europeo se han estudiado las informaciones publicadas por diarios como EL MUNDO, Corriere della Sera o El País.

Bloom y sus colegas descubrieron que existe una evidencia muy firme de que la incertidumbre de las políticas económicas –es decir, cuando los mercados tienen dudas sobre el nivel de impuestos, los costes sociales y las nuevas regulaciones que un país puede aprobar– se ha incrementado desde el comienzo de la recesión de 2007-2009 y hay muchas pruebas de que este aumento está lastrando la salida de la crisis. Si EEUU volviera a los niveles de incertidumbre de 2006, calculan Bloom y sus colegas, su producción crecería un 2,5% y su mercado laboral contaría con 2,3 millones de trabajos más. Además, mientras más sube el indicador de incertidumbre, más se notan sus efectos nocivos en los niveles de inversión y contratación de las empresas.

Que la incertidumbre es mala para la economía es de sentido común, pero hacía falta calcularlo. Los resultados de los indicadores de incertidumbre para los diferentes países pueden consultarse en la web www.policyuncertainty.com.

john.muller@elmundo.es